La pareja se mueve dentro de la polaridad igual/diferente, y es en esta polaridad en la que se asienta el equilibrio y el conflicto.
Lo que sé manifiesta en la pareja son las tendencias inconscientes que tenemos como individuos, porque cada persona, en su tendencia a encontrar pareja, lo hace desde uno de estos dos polos, los hay que buscan lo igual y los que buscan lo distinto.
Toda polaridad se puede entender con los conceptos del ying y el yang (o lo que es igual, masculino y femenino). Tanto lo que es yang como lo que es ying tiene en su interior una parte ying y una parte yang, esto sucesivamente hasta el infinito.
Por lo tanto quien inconscientemente busca lo igual, se encontrará con lo diferente y quien busca lo diferente se encontrará con lo igual y de este inesperado encuentro surgirán los conflictos y también la ocasión del equilibrio.
Ninguna de las dos tendencias es mejor que otra, cada una tiene sus particularidades que se entrelazan entre sí, quién inconscientemente busca lo igual está buscando un espacio simbólico para quedarse y quien busca lo diferente está buscando un espacio simbólico para irse, paradójicamente ambos se atrapan en ello, porque la realidad no incluye estos espacios puros o absolutos, y a la vez, quién inconscientemente busca lo igual parte del deseo reprimido de lo diferente y quien busca lo diferente parte de un deseo reprimido de lo igual, por eso, en cada caso sentirá miedo o rechazo a la polaridad contraria.
Por supuesto que esta polaridad igual/diferente también se manifiesta en otro tipo de relaciones, o se equilibra a través de ellas, pero tiene que ver con la polaridad interna, que es lo que se puede considerar la pareja original, que se incluye dentro de nuestra propia individualidad; la pareja es un espacio interior (que se experimenta externamente). Esta tendencia inconsciente subsiste se tenga pareja o no se tenga pareja.
Conocer la propia tendencia dentro de la polaridad igual/diferente, nuestra propia propensión, es una pequeña puertecita por la que entrar en este laberinto, para entender los conflictos dentro de la pareja o el conflicto de la imposibilidad de tenerla.
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